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Sapo de espuelas, Pelobates cultripes, y su característico canto

Sapo de espuelas, Pelobates cultripes
Sapo de espuelas, Pelobates cultripes
Bernard DUPONT/CC BY-SA 2.0

Pelobates cultripes o sapo de espuelas pertenece a la familia Pelobatidae, fácilmente reconocible por su aspecto fornido y rechoncho. Su canto, cuando está en peligro, es también particular, ya que parece una gallina por su incesante “cro-cro-cro”. Sin embargo, cuando canta debajo del agua durante el celo, se hace imperceptible al oído humano. Lamentablemente, sus poblaciones han diezmado significativamente, por ello sus poblaciones se encuentran casi amenazadas.

Características del sapo de espuelas

El sapo de espuelas es conocido comúnmente con este nombre por tener una espuela en el pie posterior con forma de uña. Mide en promedio 7 centímetros de largo total. Es robusto, regordete y de cráneo ancho. Su piel es muy lisa y brillante, y puede ser de diversos colores en el dorso, como blanco, gris, pardo, amarillento, oliváceo. Sobre este fondo se marcan manchas oscuras que, a su vez, forman un bandeado longitudinal. Son más claros en la zona ventral.

El iris también puede presentar diversas coloraciones, como verde, plateado o amarillo, siempre con brillos metalizados. La pupila de Pelobates cultripes es vertical

Es una especie en la que se han encontrado casos de albinismo. Existe dimorfismo sexual marcado por la talla de las hembras que suele ser mayor a la de los machos, además de mantener mayor contraste entre su coloración dorsal y sus manchas. Son más llamativas. En cambio, los machos cuentan con una glándula ovalada en su antebrazo que se hace más visible durante el periodo de reproducción.

Región geográfica y hábitat

Distribución del sapo de espuelas, Pelobates cultripes
Distribución del sapo de espuelas, Pelobates cultripes

Pelobates cultripes endémico tanto de Portugal como de España. Se han registrado también poblaciones aisladas en algunas zonas de Francia.

Los sapos de espuelas evitan las zonas más áridas. Suelen habitar en suelos arenosos o poco compactos, donde demuestran sus habilidades como excavador. Utiliza sus espuelas para cavar y enterrarse tanto en temporada de invierno como en temporadas de sequía.

Son de hábitos terrestres y nocturnos. Solo frecuenta charcas y zonas inundables durante el celo para realizar la puesta de sus huevos. Estos anfibios son excelentes nadadores durante su etapa larval.

Alimentación de Pelobates cultripes

En estado larval consumen pequeños fragmentos vegetales y animales. También depredan huevos tanto de otras puestas como de la propia. Siendo renacuajos miden en promedio 7,8 cm de longitud total, por lo que requieren abundantes recursos alimenticios para sobrevivir.

En la adultez, su dieta consta de diversos invertebrados como coleópteros, anélidos, gasterópodos y ortópteros (te recomiendo que consultes el orden de los ortópteros).

Reproducción del sapo de espuelas

La reproducción en este tipo de anuro es variable, manteniéndose sujeto a las condiciones climáticas. La temporada reproductiva es más larga en zonas donde las temperaturas se mantienen constantes. En estos casos, abarca desde octubre hasta marzo. Hacia las regiones del norte, el celo se presenta entre diciembre y mayo, mientras que en sus zonas más frías será hacia finales de febrero.

Tienden a migrar hacia regiones donde puedan reproducirse de manera exitosa, tomando en cuenta el nivel de humedad y la temperatura. Son más prolíficos después de las lluvias.

Una vez entrada la temporada reproductiva, tanto los machos como las hembras emiten su llamado bajo el agua. Se mantienen alertas ante posibles enfrentamientos con otros anfibios, ya que poco interactúan en las aguas por ser de hábitos terrestres. Aunque pueden compartir charcas y cuerpos de agua para sus puestas, se hinchará y emitirá una especie de maullido al sentirse amenazado. Igualmente, aumenta el tono y frecuencia del “cro-cro-cro” en casos extremos.

La puesta se conforma por 1,300 a 4,000 huevos. Al eclosionar, las larvas llevan a cabo un lento desarrollo de 3 a 4 meses. Los renacuajos pueden abandonar las charcas prematuramente si disminuye el nivel de las aguas. Los renacuajos maduros de esta especie son los más grandes de España. Ya en esta etapa lucen tan imponentes como cuando alcanzan la adultez.

Amenazas en la especie Pelobates cultripes

En la lista de la UICN se evalúa como “casi amenazado”, según estudio las poblaciones están en detrimento como consecuencia de la destrucción de su hábitat, contaminación, actividades agrícola e introducción de especies invasoras. Mismo estatus es el mantenido en el libro rojo de España.


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